Un reciente intercambio en la red social X (antes Twitter) ha puesto de manifiesto un error de la senadora Citlalli Hernández al intentar criticar al empresario Ricardo Salinas Pliego. La confrontación, que se desató a raíz de un accidente en una sucursal de Banco Azteca, dejó en evidencia la falta de información de la legisladora, quien fue corregida públicamente por el dueño de la institución.
Todo comenzó cuando se difundió la noticia de que un menor de edad había sufrido fracturas en la cara y el cráneo tras caerle una puerta en una de las sucursales del banco en Tepoztlán, Morelos. Hernández se apresuró a interrogar a Salinas Pliego, preguntándole si actuaría con la “responsabilidad” que tanto pregona.
La respuesta de Salinas Pliego fue inmediata y directa. No solo confirmó que su equipo ya estaba atendiendo el caso, sino que aprovechó la oportunidad para cuestionar la acción de la senadora en otros temas de seguridad ciudadana. La situación escaló cuando Hernández insistió en su ataque, pero en un intento por fiscalizar, cometió un error crucial. Se refirió al menor como “niña”.
Con un tono cortante, Salinas Pliego la corrigió sin rodeos: “Es niño, ya estamos en contacto con su familia y nos estamos haciendo responsables de lo que nos toca… infórmese bien, a usted le gusta abrir la boca por abrirla, ahí demuestra su desinterés, desinformación y falta de ganas de ayudar”.
En lugar de reconocer su error, la senadora desvió la atención, acusando al empresario de «insultar por el físico» y de tener «interese$ ocultos». Intentó cambiar el tema a una crítica sobre los contenidos de TV Azteca, ignorando por completo la corrección sobre la identidad del menor.
Salinas Pliego concluyó la discusión con un mensaje final y contundente: “¿Cual insulto, cual físico, cual persona? Lea bien, la estoy corrigiendo… el menor accidentado, no es niña, es niño y ya estamos atendiendo. Ahora póngase a trabajar adiós”.
El incidente subraya la importancia de verificar la información, especialmente para quienes ocupan cargos públicos. En su intento por atacar, la senadora se vio expuesta y terminó perdiendo la credibilidad en el debate, desviando la atención del verdadero problema: el menor afectado.