AMLO y el narco: ¿camina el presidente hacia un juicio internacional?
Por años, Andrés Manuel López Obrador ha cultivado una narrativa de honestidad impoluta. La llamada «cuarta transformación» se ha promocionado como un parteaguas ético en la vida pública del país. Sin embargo, fuera de los límites del aparato propagandístico oficialista, las acusaciones sobre posibles vínculos entre el presidente y el crimen organizado han escalado al terreno internacional.
Hoy, la posibilidad de que López Obrador sea investigado –e incluso juzgado– en tribunales de Estados Unidos ya no suena descabellada. Hay cuatro señales que apuntan hacia un escenario que, de confirmarse, sería el mayor escándalo político y judicial en la historia moderna de México.
1. Testimonios directos en cortes estadounidenses
Durante el juicio contra Genaro García Luna, celebrado en Nueva York, testigos protegidos del gobierno de EE.UU. señalaron que la campaña presidencial de AMLO recibió dinero del Cártel de Sinaloa. Uno de ellos, Jesús “El Rey” Zambada, aseguró haber entregado pagos directamente. Aunque en México la Fiscalía General de la República nunca abrió una investigación seria, en Estados Unidos estos señalamientos no se olvidan.
2. La DEA no ha cerrado el caso
A pesar del silencio oficial, diversas filtraciones indican que la DEA sigue recopilando información sobre vínculos entre operadores del narco y figuras del entorno de AMLO. El caso fue ventilado en los llamados «Guacamaya Leaks», donde se expusieron reportes de inteligencia que sugerían complicidad o al menos permisividad desde el más alto nivel del gobierno mexicano.
3. El Departamento de Justicia juega en silencio
Ni el Departamento de Justicia ni la Casa Blanca han salido a desmentir los reportes que apuntan a López Obrador. Por el contrario, el silencio institucional de Washington suele ser preludio de una acción judicial en marcha. Las autoridades estadounidenses no improvisan: cuando callan, observan y preparan expedientes.
4. La estrategia de «abrazos, no balazos» bajo sospecha
La política de seguridad de AMLO ha sido duramente criticada por beneficiar indirectamente a los grupos criminales, que se han expandido como nunca durante su mandato. La premisa de evitar la confrontación con los cárteles parece haber derivado en un pacto de no agresión que ha costado miles de vidas y ha debilitado al Estado mexicano.
¿Qué pasará cuando termine el sexenio?
Al dejar la presidencia, López Obrador perderá el fuero y la protección institucional que hoy lo resguarda. Si los expedientes que se tejen en EE.UU. avanzan, podría enfrentar una investigación sin precedentes contra un expresidente mexicano por presuntos vínculos con el narcotráfico.
La historia está por escribirse. Y el desenlace podría alejarse mucho de la narrativa heroica que él mismo intentó construir.