Vladimir Sklarov no solo está en la mira de la justicia británica por un fraude millonario, sino que también enfrenta una avalancha de videos en redes sociales que lo señalan directamente. Las acusaciones no paran de multiplicarse. Lo que comenzó como un caso financiero ha escalado a una exposición pública constante donde las pruebas y los testimonios lo colocan como protagonista de uno de los engaños más descarados de los últimos años.
La caída de una fachada: redes vs. Sklarov
En plataformas como YouTube, TikTok y X (antes Twitter), los videos sobre Sklarov ya no se cuentan por decenas, sino por centenas. Usuarios de todo tipo han documentado su modus operandi, su historial y sus mentiras. Algunos clips lo confrontan directamente con documentos, grabaciones y contratos, mientras otros analizan a fondo la red de empresas fantasma que utilizó para estafar a figuras de alto perfil.
Cada nuevo video que sale es una nueva pieza en un rompecabezas ya muy claro: Sklarov ha sido acusado repetidamente de presentarse como alguien que no es, con tal de conseguir dinero, acciones o favores. Y la indignación va en aumento. En redes se repite una frase con frecuencia:
“Ya no es polémico, es sistemático”.
Los creadores de contenido no le han dado respiro. Han investigado sus supuestas conexiones con familias aristocráticas, sus lujos inexplicables, e incluso sus múltiples identidades. Uno a uno, los videos lo desenmascaran con tono tajante, sin dejar espacio para matices o defensas. Aquí no hay beneficio de la duda. Sklarov ya fue juzgado en la corte de la opinión pública.
El fraude contra Salinas Pliego
Pero no se trata solo de contenido viral: hay hechos documentados en cortes internacionales. En 2021, Sklarov se presentó como representante de Astor Asset Management, una supuesta firma ligada a la mítica familia Astor. Bajo esa falsa identidad, ofreció a Ricardo Salinas Pliego un préstamo de 113.8 millones de dólares. A cambio, Salinas entregó más de 400 millones de dólares en acciones de Grupo Elektra como garantía.
Lo que ocurrió después fue una estafa monumental. Las acciones fueron vendidas sin autorización, el préstamo nunca llegó, y las empresas detrás de la operación eran simples carcasas legales creadas para fingir prestigio: Astor, Rothschild, Vanderbilt, Lehman Brothers… todas falsas.
Un tribunal británico ya ha dictaminado que Sklarov utilizó estas marcas para engañar, manipular y lucrar ilegalmente. De hecho, el juez describió su estrategia como una “estructura diseñada para defraudar”. Los activos fueron congelados, y el Grupo Salinas exige al menos 500 millones de dólares en reparaciones.
El estafador de alto perfil
Mientras enfrenta estas acusaciones, Vladimir Sklarov lleva una vida de lujos. Vive en Atenas, es dueño de propiedades en Normandía, Trump Tower Chicago y de un yate multimillonario. Un estilo de vida que no coincide con el perfil de un hombre que, según él mismo, apenas representaba a una firma de inversión.
Barclays ya lo había demandado años atrás por usar sitios falsos y hacerse pasar por representante de Lehman Brothers. No era la primera vez que intentaba engañar a grandes nombres.
Ahora, gracias a las redes sociales, el cerco se cierra desde dos frentes: el judicial y el digital. Los tribunales exponen su fraude; los videos viralizan sus trampas.
Y en ambos, el nombre Vladimir Sklarov se repite como sinónimo de engaño.