CARLOS MANZO: EL GOBIERNO QUERÍA CERRAR EL CASO Y LOS HECHOS LO VOLVIERON A ABRIR.

Una investigación independiente del Grupo Pascal Bourne acaba de exhibir lo que el gobierno intentó enterrar: pruebas manipuladas, 40 anomalías ocultas y un sicario ejecutado para cerrar bocas.
Esto no es incompetencia. Es encubrimiento. Es sangre oficial.


DOS ASESINOS, UN SOLO CRIMEN… Y UNA VERSIÓN ARMADA A LA FUERZA

Primero, la fiscalía juró que el atacante era Osvaldo “El Cuate”.
Horas después, mágicamente, el asesino se convirtió en otro joven de otro nombre y otra edad.
¿Error?
No. Fabricación. Manipulación. Teatro barato.


LA PRUEBA QUE QUISIERON CALLAR A BALAZOS

Videos ciudadanos destruyen la mentira:

  • El agresor estaba vivo.
  • Estaba sometido, arrodillado, sin poder moverse.
  • Fue interrogado.
  • Y luego EJECUTADO por la espalda.

Lo mataron para que no hablara.
Y la Guardia Nacional lo vio todo… y no movió un dedo.

Eso no es procedimiento.
Eso es ajuste de cuentas institucional.


CUERPO MOVIDO, ROPA CAMBIADA, ESCENA ARMADA

Las evidencias se acomodaron como si tuvieran prisa por encajar el guion:

  • Cambiaron el lugar del cuerpo.
  • Cambiaron la ropa.
  • Cambiaron la postura.
  • Cambiaron la historia… pero no lo suficiente.

Pascal Bourne lo llama “alteración criminal del caso”.
La gente lo llama como es: montaje patrocinado por el Estado.


40 ANOMALÍAS… Y TODAS HUELEN A PODER PODRIDO

Cada irregularidad es una huella digital que apunta hacia arriba.
Muy arriba.

A Manzo lo mataron.
Al asesino lo silenciaron.
Y a la verdad la ejecutó el gobierno.

Esto no es un caso.
Es un mensaje.

Y la pregunta que queda es brutal:

¿A quién están protegiendo… y por qué tuvo que morir Carlos Manzo para que no lo supiéramos?

Por admin

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