Sienten indefensión ante crimen 6 de cada 10 jóvenes

La mayoría de los jóvenes mexicanos de entre 18 y 25 años, ubicados en la Generación Z, 61 por ciento, expresó que se siente en estado de indefensión ante el crimen, de acuerdo con la encuesta de Latinobarómetro, que mide el pulso ciudadano en países de América Latina.

Los resultados, que corresponden a 2024, también reflejan que 65 por ciento de los jóvenes en el referido espectro de edades tiene una preocupación frecuente de ser víctimas de la violencia.

De acuerdo con el sondeo, 46 por ciento de estos jóvenes desconfía del Gobierno; sin embargo, la proporción es mucho menor que en 2018, cuando 82 por ciento de ellos no confiaba en el Gobierno federal.

  • Gina Romero, relatora especial de la ONU sobre el derecho a la libertad de reunión pacífica, urgió a México a investigar los hechos de agresiones contra manifestantes del sábado.

Los datos del Latinobarómetro también identificaron que la mayoría de los jóvenes, 52 por ciento, confía en las fuerzas armadas.

En días recientes, el movimiento de la Generación Z ha ocupado el centro del debate público, pues el pasado fin de semana se llevó a cabo su primera marcha en la Ciudad de México y otras urbes del país. En este contexto, especialistas advierten que la movilización reciente tiene matices que van más allá de la inseguridad como demanda central.

En entrevista con La Razón, Dessiré Tapia Rascón, investigadora de movimientos sociales de la Universidad Pedagógica Nacional, señaló que la convocatoria estuvo impulsada por una preocupación genuina por la inseguridad, aunque aseguró que ese reclamo se fue diluyendo durante la movilización. Además, subrayó, los participantes no necesariamente provenían de los sectores más afectados por la violencia.

“Sí hay un sector de jóvenes, pero ¿qué sector? Viene precisamente no de estas clases sociales bajas, que son los primeros que tendrían que señalar este sentido y estas preocupaciones de inseguridad”, dijo.

Tapia Rascón también identificó expresiones de violencia y rechazo durante el recorrido, lo cual, dijo, contradice la exigencia de mayor seguridad y revela otras motivaciones dentro del contingente:

“La violencia, el odio hacia el otro… yo lo pude identificar no solamente en sus consignas, sino en la manera en cómo fueron señalados durante su marcha por algunas personas que pasaban por ahí, y la forma en que respondían era a través de estos discursos clasistas y racistas, llamándolos ‘morenacos’, por ejemplo”.

La investigadora manifestó su preocupación de que este tipo de expresiones se alinee con narrativas de derecha y ultraderecha, que se caracterizan por el uso del discurso de odio y la confrontación, elementos que también estuvieron presentes en la movilización.

En este sentido, destacó que existe una notable diferencia entre los movimientos de la Generación Z que surgieron en Nepal, lo que, asegura, contrasta con las manifestaciones que han tomado como estandarte la bandera del anime “One Piece” en México y, aunque pudieron coincidir en una lucha por quitar del poder a los gobiernos en turno, el impulso y contexto de estos grupos, aseguró, son completamente diferentes.

“Si bien son contextos totalmente distintos en el sentido de cómo allá se ha gestado el movimiento, lo que sí podría ver es que, muy ligeramente y muy a la mano, ha tomado información que el movimiento solicitaba allá”, dijo.

No obstante, aclaró que no se pueden equiparar ambos escenarios: “No me atrevería a decir que estamos igual que allá o viviendo las mismas situaciones… no habría comparación”, aunque reconoció que el caso nepalí funcionó como un punto de referencia para detonar la inconformidad social en México: “Pensó como un molde para echar a andar ese movimiento, como una manera de atraer ese malestar político que actualmente se ha estado reflejando en nuestro país”.

En Al Mediodía con Solórzano, que se transmite a través del canal de YouTube de La Razón, el politólogo Itzcóatl Jacinto Vergara, investigador de la UNAM, advirtió que se están ignorando problemáticas estructurales que afectan a millones de jóvenes —violencia, falta de oportunidades laborales y educativas, precariedad y abandono institucional— mientras se discute si la marcha fue o no realmente convocada por este sector.

“Las principales personas que son víctimas de este tipo de hechos son personas de entre 15 y 34 años. La falta de oportunidades, no solamente de encontrar un trabajo, sino de desarrollarse profesionalmente, y también la deserción escolar, son problemáticas que vienen desde hace mucho tiempo y que aquejan a esta franja de la población”, refirió.

Jacinto Vergara también explicó que la politización juvenil está ocurriendo en redes sociales bajo la lógica de algoritmos que aíslan y radicalizan posturas, impidiendo que los jóvenes construyan diálogos entre sí.

“Hay una falta de diálogo real entre las fuerzas opositoras y las fuerzas oficialistas. Lo que se busca es minimizar y desdeñar a las otras voces que no corresponden con los criterios o expectativas de lo que se quiere que sea la realidad política”, dijo.

En este sentido, ambos investigadores coincidieron en que, aunque el principal llamado del supuesto movimiento de la Generación Z en nuestra nación gira en torno a la inseguridad, el trasfondo de estas movilizaciones responde más a una disputa política que a los problemas reales que afectan a este sector de la población.

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